La Prudencia es una fortaleza que alimenta la virtud Moderación. Implica ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumir riesgos innecesarios, no decir ni hacer nada de lo que después uno se pueda arrepentir.
La persona prudente, es aquella que sin desestimar el valor de la propia apreciación, reconoce sus limitaciones e intenta apreciar objetivamente los datos que posee. Los adolescentes tienden a ver las cosas con poco matiz, sin intentar reflexionar sobre la adecuación de la información que poseen.
Puede que acusen a otro de un acto injusto sin haberse asegurado de que el hecho es cierto. O enjuicien a personas sencillamente contando con una información incompleta o parcial del periódico.
Otras pueden decidir emprender una actuación sin pensar en su capacidad real de realizarla y sin tener en cuenta las implicaciones que pueden resultar de este acto.
Los objetivos de este taller son:
- Identificar las situaciones en las que hemos sido impetuosos
- Reflexionar sobre las consecuencias de conductas impulsivas sobre los sentimientos de los demás y uno mismo
- Identificar conductas prudentes
- Reflexionar sobre situaciones de iniciación en la vida, sus consecuencias, riesgos
- Posicionarse y dar argumentos prudentes ante una situación hipotética comprometida